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10.11.2022

El último adiós. El poder de los símbolos

Aceptar que un ser querido que ha fallecido y que además ya no estará compartiendo el tiempo es uno de los procesos más complejos del duelo.
No siempre estamos preparados para ello.
No siempre podemos asimilar la situación.

El duelo es un proceso en el que son muy importantes los símbolos y se necesitan para establecer la superación o bien estar preparados para poder despedirnos de verdad de quien ha fallecido.
Acudir a un lugar que sea representativo de quien ha fallecido y leer o dejar algún pequeño símbolo conmemorativo, escribir una carta de despedida, plantar un árbol, una suelta de globos... son ritos que dan la oportunidad al doliente de hacer más real la pérdida.
Es como si la mente necesitara ver y participar de una experiencia para marcar el inicio del duelo. En la lucha por que todo se mantenga igual, necesitamos evidencias que, aunque son dolorosas, también son necesarias y nos permiten poner en marcha procesos. De lo contrario, la mente se aferra a fantasías de continuidad.

Despedirnos no implica olvidarnos, más bien implica un acto de profunda aceptación de lo que ha ocurrido. Despedirnos nos hace conscientes de la muerte del ser querido y nos permite aceptarlo, tanto a nivel racional como emocional.
A veces, podemos hacerlo solos. Muchas otras, necesitamos ayuda. No tengamos reparo en poder solicitarla.

Fuente: www. fundacionmlc.org